
Sera que para entonces cree el señor Villar que los ánimos se habrán calmado por la isla de la calma. Pero no ha pensado ese mal hombre que a lo mejor el Mallorca esta descendido y puede pagar el pato el submarino amarillo.
Esta es una entrada corta, mas bien una reflexión, que no quiero acabar sin contaros un chiste que me ha contado mi cuñado Alberto, espero que os haga gracia: Ángel María Villar llama a Fernando Roig a su despacho y le regala un tambor. Roig agradece el regalo, pero le hace notar a Villar que falta algo, a lo que este responde que los palos ya se los darán
cuando vaya a Mallorca.


Por cierto, no sera que Villar no odia al Mallorca, sino que quiere ver su nombre por Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario